“Llego en 5″, “El subte está demorado”, “Estoy frenado por una manifestación”, “Me quedo unas horas más en la oficina”. ¿Quién no ha sido víctima de este tipo de mensajes impunes y de dudosa credibilidad alguna vez en la vida? Convengamos que en muchos casos puede ser cierto, pero a lo que apunta este estudio es a que la metodología de comunicar una situación a través de un mensaje de texto (podemos incluir Messenger, BBM y What’s App debido a la masividad de los smartphones) ofrece un terreno apto para que las personas sean más propensas a mentir que desde otras vías de comunicación.
El estudio realizado por la Universidad de Columbia Británica fue realizado entre 170 estudiantes a quienes les propusieron un juego de transacciones bursátiles para clientes ficticios a través de cuatro métodos: en persona, por video o audio y por mensajes de texto. A los estudiantes convertidos en corredores de bolsa se les ofreció una jugosa comisión por las ventas y a los compradores una compensación similar pero por conseguir las acciones a menor valor.
Durante la dinámica del experimento, a los corredores de bolsa se les suministró información privilegiada sobre acciones que perderían la mitad de su valor, para inducir a sus clientes a comprar, mientras que a los compradores les proporcionaron esta información sólo después del cierre de las operaciones y se les pidió que informaran si los agentes de bolsa habían operado a través de algún engaño para cerrar las operaciones.
Los resultados informados por los investigadores de la Escuela de Negocios de Columbia concluyen que las comunicaciones que ofrecen altos niveles de anonimato, incluso si las personas se conocen entre sí, inducen al engaño y la mentira. En el resultado final encontramos que el 95% de los emisores de los mensajes utilizaron algún método de engaño o tersgiversación de la información para favorecer su operación. Este porcentaje bajó a 31% si lo comparamos con los que se comunicaron por video y un 18% en persona.
Las conclusiones del informe, que además será publicado en los próximos meses en la revista Journal of Business Ethics, muestran que el efecto denominado “Spotlight” en el estudio de los negocios y transacciones y que produce el estar frente a frente o a través de una cámara de video, reduce considerablemente los impulsos de las personas a utilizar métodos deshonestos para lograr el objetivo, algo que recomiendan los científicos para mejorar la interacción de una empresa con sus clientes en casos donde es necesario comunicar información sensible. También podría aplicarse a sitios de venta electrónicos como eBay, Amazon o Mercado Libre, donde sólo se cuenta con un intercambio de consultas a través de mensajes.
Pero como no podrían existir engañadores sin engañados, el informe aclara que los medios de comunicación con alto nivel de anonimato, donde también incluyen a los servicios de mensajes privados a través de redes sociales, son también un escenario donde el engañado también es más propenso a tolerar este tipo de prácticas desleales.
Uno de los profesores a cargo del estudio, Karl Sauder Aquino, asegura que estos resultados indican que las personas tienden a convertirse en moralmente laxos aprovechando este anonimato. Incluso, si profundizamos el concepto, podríamos asegurar que por culpa de estas hordas de mentirosos compulsivos, una gran cantidad de personas honestas han quedado atrapados en el cuento del pastorcito y el lobo, por la pérdida de credibilidad que este accionar provoca en sus víctimas.
Es muy probable que el anonimato y las redes sociales, así como los métodos de comunicación a través de celulares hayan dosificado el nivel de honestidad de las personas para su beneficio, pero en casos donde existen operaciones económicas, e incluso en algunas pautas publicitarias este tipo de accionar podría ser perjudicial. ¿Alguna vez fuiste víctima o ejecutor de algún tipo de engaño a través de estas vías de comunicación? ¿Sientes que el anonimato es un terreno donde es más simple engañar a las personas o consideras que deben tener el mismo nivel de responsabilidad por sus actos?
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